Hoy hablamos con Ana Soler, miembro de la segunda generación familiar y actual Presidenta del Consejo de Administración de JULIAN SOLER S.A.
Con una visión clara, serena y profundamente conectada con el legado de su padre, Ana nos invita a conocer la esencia de una empresa que ha sabido profesionalizarse sin perder el alma, y que hoy exporta mosto de uva concentrado a más de 60 países desde el corazón de Castilla-La Mancha.
En esta conversación, recorremos su infancia entre remolques de uva y camiones, su evolución dentro de la empresa, su apuesta por el arte con propósito a través de VIDARTIS, y su forma de liderar con compromiso y creatividad.
Comenzamos con una pregunta personal: ¿Quién es Ana Soler? ¿Cómo te defines?
Permite que me sonría porque hace unos días escuché que alguien del sector me llamaba “la pintora” y me hizo gracia verme definida así. Aunque no me identifico con este atributo, sí lo hago con otros que considero implícitos en cualquier disciplina artística, como son la creatividad, la tenacidad o persistencia y la pasión por el trabajo.
Mi padre decía que nos había “contagiado” su entusiasmo por la empresa, y realmente pienso que así fue.
Sexta hija de Julián Soler Marqués, fundador de la compañía. ¿Cómo es crecer en una empresa familiar, cómo fue tu infancia en Julián Soler?
Con los años he sido consciente de lo determinante que ha sido en mi vida (personal y profesional) haber nacido en una empresa familiar. Crecí en una casa situada junto a la primera fábrica de mosto. Aprendí a montar en bici en el mismo patio donde cargaban los camiones y mi primera Game-Boy fue un regalo de un cliente japonés. Para mi la empresa era parte de mi familia y mi familia, de la empresa.
Pienso que este fuerte vínculo con el legado familiar, que comenzó a forjarse en mi infancia y que comparto con los socios-familiares, es el que nos ha permitido evolucionar, innovar y adaptarnos a los cambios, garantizando la sostenibilidad de la empresa con el paso del tiempo.
En este sentido, me gustaría poner en valor el trabajo de las Asociaciones Territoriales de empresas familiares como AEFCLM, a la que pertenecemos, y que además de contribuir al impulso de las sociedades familiares, ofrecen herramientas que refuerzan la vinculación de las generaciones venideras, como el Fórum de la Empresa Familiar o la Escuela de Sucesores.
Has pasado por diferentes departamentos y puestos de responsabilidad dentro de JULIAN SOLER a lo largo de casi 17 años. ¿Cuál de ellos has disfrutado más y cuál te ha supuesto el mayor reto?
Recuerdo con nostalgia mi primera vendimia en JULIAN SOLER, tomando muestras de remolques de uva y repartiendo bocadillos en el descanso de la tarde. Aquellos primeros años en laboratorio me permitieron conocer el producto desde la base, y considero fueron totalmente necesarios para poder disfrutar más las etapas posteriores (logística, exportación, calidad/I+D, ventas…). El mayor reto se presenta cada año, con cada nueva cosecha de uva. Mi padre decía que las campañas se suceden pero no se repiten. Y es que nunca hay dos años iguales, cada una tiene sus dificultades y a ellas, como si de un reto se tratase, nos adaptamos.
Eres Presidenta de la Compañía desde el 2022. ¿Cuál dirías que ha sido tu mayor logro hasta la fecha?
No sé si un logro, pero sí considero alcanzado mi principal objetivo: facilitar la transición de JULIAN SOLER, de un modelo de gestión tradicional a uno profesionalizado, manteniendo el compromiso social y los valores humanos que siempre han caracterizado a nuestra empresa.
Nuestra responsabilidad como empresa familiar va más allá de un negocio; debemos custodiar una cultura, unos valores, manteniendo vivo el legado recibido de nuestros progenitores y tratando de llevarlo al siguiente nivel. ¿El secreto para hacerlo con éxito? En nuestra transición, no sólo generacional, sino también de nuestro modelo de management, ha sido fundamental la intervención de expertos independientes que nos han acompañado y guiado en el proceso. Esta figura la considero esencial para garantizar el buen desarrollo y sostenibilidad de la Empresa Familiar en el tiempo.
Soy una firme defensora de las empresas familiares profesionalizadas.
Me refiero a aquellas que cuidan del legado familiar con una buena estructura de Gobierno Corporativo, una de las grandes fortalezas que debe contemplar una empresa para su crecimiento.
En JULIAN SOLER contamos con una Dirección Ejecutiva con total autonomía en toma de decisiones, que cohabita con un sistema de Gobernanza Familiar del que forma parte el Consejo de Administración que presido. En nuestro caso ambos órganos se encuentran alineados, tanto en estrategia como en valores, lo que considero clave para su buen funcionamiento.
JULIAN SOLER es un ejemplo de cómo tras un proceso de profesionalización, empresa y familia pueden salir reforzadas. Una oportunidad para ver crecer tanto el negocio como el vínculo familiar.
Si tuvieras que elegir entre VIDARTIS y JULIAN SOLER, ¿qué elegirías?
No podría elegir. ¡Para mí son indivisibles!. VIDARTIS es inherente a la empresa JULIAN SOLER y no tendría sentido sin la misma. Pienso que esta disruptiva idea apareció en mi mente precisamente porque ya llevaba años trabajando con el mosto y conocía sus características, su cultivo, todo el trabajo y esfuerzo que hay detrás de cada litro de zumo concentrado. Sin ese contacto previo, nunca hubiera imaginado llevarlo al terreno artístico.
Mi padre consideraba la empresa un instrumento de servicio a la Sociedad. Y con VIDARTIS tratamos de reafirmar este compromiso, además de nuestra apuesta por la innovación y la investigación. Hay mucho trabajo detrás de VIDARTIS, desarrollado junto a la Universidad de Castilla-La Mancha UCLM, gracias al cual hemos conseguido una tinta de mosto estable con el paso del tiempo.
Me enorgullece y motiva formar parte de una empresa que no sólo trabaja en post de un beneficio económico, sino que quiere impactar de forma positiva en la sociedad. Y más aún cuando este trabajo es valorado desde fuera, como el reconocimiento que nos hizo ASAJA el año pasado o el recientemente otorgado por el Gobierno de Castilla-La Mancha a VIDARTIS como proyecto motor de igualdad.
Dentro de unos días celebraréis el 50 Aniversario de vuestro tradicional 1 de Mayo. ¿Puedes adelantarnos qué tenéis previsto hacer?
Aunque no puedo darte detalles para mantener el factor sorpresa, te adelanto que lo estamos organizando con mucha ilusión para que todo el que nos acompañe se sienta parte de esta celebración especial.
Hace 50 años que la primera plantilla de trabajadores decidió dar un significado distinto al día del trabajo, y disfrutarlo en la empresa como día de confraternización junto a sus familias. Desde entonces, hemos mantenido esta tradición y el próximo 1 de Mayo esperamos hacerlo junto a más de 200 personas, a las que sentimos amigos, colaboradores y eslabón importante de nuestro proyecto empresarial.
He tenido el privilegio de vivir muchos Primeros de Mayo, pero el próximo será especialmente emotivo por ser el primero sin mi padre. Como hija y miembro de la empresa que fundó, me gustaría pudiera sentirse orgulloso, al ver que seguimos cuidando de su legado con amor, responsabilidad y honestidad.